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martes, 28 de enero de 2014

Muñeca


Cuando era niña en mi familia me llamaban de cariño Muñeca, quien usaba más que todos este cariñoso apodo era mi tío Juan, de echo aún lo hace cada que me ve. 

La verdad no se porque me pusieron este apodo, jamás he preguntado. Pero aún así siempre me pareció bonito porque me hacia sentir así: bonita. 

Sin embargo esta no es una anécdota bonita, de esas no tengo muchas. 

Tengo un recuerdo que tiene que ver con este apodo que me hace sentir muy mal y es más poderoso que cualquiera que tuviera que ver con mi tío Juan llamandome así y sonriéndome grande.

Cuando yo era chica vivía con mi abuela, en navidad todos sus hijos iban con ella y llevaban consigo a sus familias, menos mi madre que nunca ha tenido una muy buena relación con ellos. Recuerdo que yo escuche a una de mis tías gritar “Muñeca” y yo, acostumbrada al apodo, corrí y me presente ante ella, preguntando que se le ofrecía. Mi tía me miro, recuerdo claramente que era una especie de desprecio y burla lo que se reflejaba en su cara, entonces me dijo “Yo no te hablo a ti, tu no eres una muñeca”.

Mi sonrisa desapareció y aún ahora que viene a mi memoria ese echo, yo siento que oprimen mi interior. No recuerdo si en aquel entonces quise llorar, pero a como soy, seguro paso. 

Mi tía agrego: “Le hablo a ella…” y señalo a una prima mía que es menor, quien iba detrás de mi pues jugábamos juntas.

Mi tía Lucila nunca me ha querido, no se porque pero siempre que ha podido se ha esforzado por hacerme sentir mal. No tiene hijos, apenas acaba de juntarse con un hombre pero ya es muy vieja para formar una familia. No se si se deba a ello, pero curiosamente es conmigo conb quien más saña tiene. 

Aclaro que mi a mi prima Cecilia nadie le decía de esa manera, no estoy diciendo que es fea, porque tiene unos hermosos, pero que hasta ese momento nadie le había puesto un apodo. 

Recuerdo que de tan mal que me sentí me fui a mi cuarto y me quede ahi hasta que otra de mis tías fue a buscarme. Temerosa y al punto del llanto le conté lo que me había pasado y entonces me dijo sonriendo que no le hiciera caso, que yo era la única muñeca de la casa. Mi tía Sandra siempre ha sido buena conmigo e imagino que no le pareció nada la tontería que acababa de hacer mi tía Lucila. 
Al pasar los años cada vez es más fuerte ese recuerdo, y es curioso porque aunque al final mi tía Sandra me consolo, es más fuerte el sentimiento de tristeza que me dan las palabras de mi tía Lucila. 

Tengo la ligera sospecha de que ahí empezó todo. Mi autoestima se fue en picada a partir de ahí…

Es por eso que he escogido ese sobrenombre para este blog, esperando que algún día el recuerdo de mi tía Sandra consolándome sea más fuerte que el de mi Tía Lucila diciéndome que yo no soy una muñeca. 

Muñeca

2 comentarios:

  1. hola recien estaba en tu otro blog! no entendia como hacerte un post! tengo que aprender jeje!!
    Con respecto a lo que escribiste me senti muy identificada con respecto a la tia, tengo una que a veces no se si me quiere o me odia porque suele ser bastante despectiva con las cosas que me dice..en diciembre cada vez que me veia me miraba de arriba abajo y me decia..
    :-que gorda que estas
    .ahora que baje un poquito me dijo solo una vez,
    :- viste estas más flaca lo otro te lo decia por tu bien ya me estaba empezando a preocupar.
    comentarios como esos tengo desde que tengo memoria y de todo tipo, la ultima vez que me dijo gorda yo le respondi. bueno yo sere gorda pero vos estas gorda y vieja
    es un vinculo bastante raro y triste, a pesar de que casi siempre tiene una critica hacia mi la quiero
    Te super entiendo
    un abrazo!!



    Become ana equals a blue sky.

    Sky!

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    1. Je je je, es que si no tienes tumblr no puedes hacer comentarios, por eso decidí abrir uno en bloggspot, por que aparte en tumblr suelen cerrarlos mucho (Yo tuve dos antes de este :()

      ¿Sabes? Al leer tu comentario me senti muy identificada y sonreí, no le deseo el mal a nadie pero se siente bonito saber que no eres la única a la que le pasan estás cosas... que no estoy sola.

      Otra cosa curiosa es que, mi tía sandra, (la que me defiende en la anecdota) es muy como la tía que tu mencionas. Yo antes vivía con mi abuela y con ella yo estaba muy flaca, al mudarme con mi madre todo cambio y entonces cada que ella me veía me decia que estaba gorda, que estaba subiendo, que me volvería como mi madre... ¡Lo peor es que ella siempre ha sido hermosa! Es delgada, rubia, ojos azules... ¿Te imaginas? Y al igual que a tu tía yo la quiero mucho... por eso sus comentarios nos duelen más

      ¡Gracias por comentar! Estaré visitándote cada que pueda.

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